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Urología

10 errores que los hombres mayores de 60 años no deben cometer con la salud del pene

Con el paso de los años, muchos hombres creen que ya no es tan necesario cuidar su salud íntima. Sin embargo, después de los 60, el pene se convierte en un verdadero indicador del estado general de salud. La Dra. Sol Márquez, uróloga, advierte que descuidos aparentemente simples —como ignorar pequeñas señales, recurrir a “remedios caseros” o descuidar la higiene íntima— pueden traer consecuencias graves, dolorosas e incluso irreversibles. El primer error, según la especialista, es ignorar los cambios en el pene. Alteraciones en el color, heridas, ardor o incomodidad no son “cosas de la edad”. El cuerpo siempre avisa cuando algo no anda bien, y cuanto antes el hombre consulte a un urólogo, mayores serán las posibilidades de tratamiento y recuperación. El segundo error es probar remedios caseros o aparatos milagrosos. Sustancias como vinagre, aceites, cremas sin prescripción o técnicas improvisadas de alargamiento causan lesiones graves e incluso pérdida de función. Otro punto crítico es la higiene íntima. Los hombres no circuncidados deben limpiar adecuadamente el prepucio para evitar inflamaciones como la balanitis. Por otro lado, el uso excesivo de jabones fuertes también irrita la piel. El equilibrio está en mantener una limpieza diaria con productos suaves y prestar atención a las reacciones del cuerpo. La falta de protección sexual es otro de los errores más peligrosos. Muchos hombres, después de los 60, creen que ya no necesitan usar preservativo, pero las enfermedades de transmisión sexual —como sífilis, gonorrea y VPH— siguen afectando a los adultos mayores. Además, las relaciones demasiado intensas sin precaución pueden causar fracturas peneanas, que requieren cirugía inmediata. La exposición al calor excesivo en los testículos, el tabaquismo, el sedentarismo y el consumo elevado de alcohol son enemigos silenciosos. Estos hábitos reducen la circulación, afectan la producción hormonal y aceleran el envejecimiento del pene. La recomendación es simple: mantener un estilo de vida activo, evitar saunas prolongadas y adoptar rutinas saludables para conservar la vitalidad sexual. La masturbación agresiva, también conocida como “agarre mortal”, figura entre los hábitos más dañinos. La fuerza excesiva causa microlesiones, pérdida de sensibilidad y dificultad para sentir placer durante la relación. La Dra. Márquez señala que el secreto está en respetar los límites del cuerpo, usar lubricantes adecuados y evitar movimientos bruscos. Otro enemigo invisible es el estrés. La culpa, la presión y la ansiedad afectan directamente el desempeño sexual y la salud del pene. Cuidar la mente es también cuidar la salud íntima: un hombre emocionalmente equilibrado conserva mejor sus funciones hormonales, circulatorias y sexuales. Finalmente, el décimo error —y quizá el más grave— es abandonar por completo el uso del pene. La falta de actividad o de estímulo causa atrofia y pérdida de elasticidad en los tejidos, además de afectar la autoestima. Las erecciones, incluso las nocturnas, tienen una función vital: oxigenar los tejidos y mantener la salud peniana. La intimidad forma parte del bienestar físico y emocional, y debe preservarse a cualquier edad. Más que un símbolo de masculinidad, el pene es un reflejo de la salud global del hombre. Cuidarlo es cuidar el corazón, la circulación, las hormonas y la mente. La prevención siempre es el mejor tratamiento, y comienza con atención, autocuidado y revisiones médicas periódicas.

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