Después de los 60 años, la mayoría de los hombres lleva dentro de su cuerpo una bomba silenciosa: el crecimiento prostático y sus efectos sobre el sueño, la energía y la vitalidad. El problema es que, en la mayoría de los casos, este proceso inicia sin síntomas y avanza lentamente, hasta que las noches interrumpidas y la fatiga comienzan a afectar la calidad de vida. La Dra. Sol Márquez, uróloga, explica que cuidar la próstata no depende de remedios milagrosos, sino de hábitos simples y constantes, respaldados por la ciencia, que pueden mejorar el bienestar físico, hormonal y emocional. A continuación, comparte cinco hábitos diarios esenciales para proteger la próstata y preservar la vitalidad masculina después de los 60 años. 💧 1. Hidratación inteligente para noches tranquilas Beber agua correctamente es más importante de lo que parece. Con la edad, el cuerpo pierde la sensación natural de sed, lo que lleva a muchos hombres a sufrir deshidratación crónica sin darse cuenta. El agua ayuda a eliminar toxinas, reducir la inflamación y mantener el buen funcionamiento de los riñones y la vejiga. La clave está en distribuir la ingesta de agua durante el día, concentrando la mayor parte entre la mañana y la tarde y reduciendo el consumo por la noche. Estudios científicos muestran que este simple cambio puede disminuir hasta en un 40% las idas nocturnas al baño. Un hábito pequeño, pero con grandes resultados. 🍅 2. Alimentación estratégica para proteger la próstata La nutrición adecuada es una de las herramientas más poderosas para la salud prostática. Alimentos ricos en licopeno, como el tomate, la guayaba y la sandía, tienen efectos antioxidantes que ayudan a prevenir alteraciones celulares en la glándula.Otros nutrientes importantes son el zinc, presente en semillas de calabaza y nueces, y los vegetales crucíferos como el brócoli y la coliflor, que favorecen la desintoxicación celular y el equilibrio hormonal. Como afirma la Dra. Márquez: “Después de los 60, comer bien no es un lujo. Es una forma de prevención.” 🚶♂️ 3. Caminatas diarias: un remedio natural La actividad física ligera es una de las formas más efectivas de cuidar la próstata y el corazón. Estudios demuestran que caminar entre 15 y 30 minutos al día puede reducir hasta en un 35% el riesgo de agrandamiento prostático.Además, mejora la circulación, regula el metabolismo y favorece el descanso. Caminar después de comer ayuda a controlar la glucosa y a reducir la inflamación, dos factores directamente relacionados con la salud urinaria y sexual. “Caminar es un medicamento gratuito y sin efectos secundarios”, enfatiza la Dra. Márquez. 🌙 4. Sueño reparador: el motor de la vitalidad Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Durante el sueño profundo, el cuerpo produce melatonina y hormona del crecimiento, sustancias que reducen la inflamación y equilibran la testosterona.Investigaciones de la Harvard Medical School demostraron que los hombres con problemas crónicos de sueño tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer de próstata avanzado.Dormir mal también eleva el cortisol, la hormona del estrés, que favorece la inflamación y el cansancio. Mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear un ambiente oscuro y tranquilo son pasos simples que pueden transformar la salud masculina. ❤️ 5. Vida sexual activa: más allá del placer La actividad sexual regular es uno de los hábitos más olvidados, pero también uno de los más beneficiosos para la próstata. Un estudio de Harvard con más de 30,000 hombres reveló que aquellos que eyaculaban 21 veces o más al mes tenían un 33% menos riesgo de cáncer de próstata.La razón es fisiológica: la eyaculación frecuente actúa como una limpieza natural de la glándula, ayudando a eliminar toxinas e inflamaciones. Además, mejora la circulación pélvica y libera hormonas del bienestar como la dopamina y la oxitocina. La Dra. Márquez lo resume con claridad: “Mantener la intimidad activa no es cuestión de edad, es parte de tu salud.” 🌿 El poder de la constancia Ninguno de estos hábitos requiere tratamientos costosos ni dietas estrictas. Son acciones simples, accesibles y respaldadas por la ciencia que, cuando se practican con regularidad, mejoran la función urinaria, equilibran las hormonas y preservan la independencia masculina. “Cuidar la próstata no se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor —con energía, libertad y confianza.” — Dra. Sol Márquez Si quieres aprender cómo aplicar estos hábitos paso a paso, mira el video a continuación, donde la Dra. Márquez los explica con detalle y con base en la evidencia científica.